“Conserva la esperanza, déjate sorprender por Dios y vive con alegría”.Papa Francisco
Por: Sem. René Fabián Ávila Torres. | Segundo de Filosofía. |
René Fabián Ávila Torres
Estamos a unos días de concluir un año y con esto vine el gozo de recibir uno nuevo, en el que se nos brindarán nuevas oportunidades, será un tiempo de cumplir sueños y la ocasión de despertar nuestras esperanzas aletargadas. Con el año nuevo la idea de los propósitos embarga nuestra mente, preguntas como: ¿qué quiero hacer este año?, ¿cuáles son mis prioridades?, ¿qué me hace falta?, etc. Pero la parte espiritual a menudo queda relegada y pocas veces nos preguntamos realmente ¿qué debo cambiar para ser mejor persona, para ser mejor cristiano? Aquí les propongo una lista de algunos elementos que nos pueden ayudar a trazar propósitos de año nuevo, aunque lo más recomendable es utilizarlos primeramente para evaluar el que estamos terminado.
1. Acercarnos más a Dios. Sin Dios nada soy y nada puedo hacer. Podemos aumentar nuestro tiempo de oración y participar de manera más consciente en los sacramentos.
2. Confiar más en Dios. Aceptar día a día los diferentes retos en los que se involucra la esperanza en Dios, es una ardua lucha en la cual debemos participar y esmerarnos. Debemos decir con fe y esperanza: “Jesús en ti confío”.
3. Ser portadores de ayuda. Constantemente criticamos los problemas que afectan a nuestra sociedad, pero pocas veces hacemos algo para dar solución a estas dificultades. Hagamos el propósito de ayudar, corregir y cambiar en la medida de nuestras posibilidades. Estemos dispuestos para ayudar a todo aquél que lo necesita.
4. Ser limpios de corazón. Jesús nos ha prometido que los limpios de corazón verán a Dios. Este año que comienza, podemos mantener una diversión sana, conversaciones respetuosas y con humor blanco con las que podemos divertirnos, sin ofender a nadie.
5. Dar más tiempo a nuestra familia. Muchos pretextos podemos dar para evitar la convivencia con nuestra familia: trabajo, estudio, momentos de diversión, cansancio, etc. Este año podemos establecer bien nuestras prioridades: Dios, familia y trabajo. Siguiendo este orden el resto, vendrá por añadidura.
6. Disfrutar más de la vida. Constantemente estamos inundados por nuestras quejas las cuales nos impiden ver con claridad los valores y dones que poseemos y peor aún nos impiden disfrutarlos. Acepta con gozo todo lo que Dios te da, agradécele por su infinita bondad y esto te ayudará a ser cada día más feliz.
Para concluir este artículo deseo que este año, que vamos a iniciar, Dios los colme de bendiciones, salud y de paz. Les comparto un gran consejo del Papa Francisco, el cual expresó en la clausura del Año de la Misericordia y que sin duda alguna puede iluminar nuestro caminar: “Estamos llamados a llevar la alegría del Evangelio de Jesús testimoniando su misericordia a toda la humanidad”.